¿Dónde estás, amigo?

Publicado: febrero 25, 2014 de telepizzaps en Estilo libre

Iba caminando hacia la clínica, estaba un poco atrasado, caminaba en dirección al sur y a lo lejos veo a tres individuos, jóvenes, llenos de tatuajes, piercings, joyas, peinados »mohicanos» y vestimenta » wachiturra» que caminaban hacia el norte, en algún momento nos íbamos a encontrar y yo estaba algo asustado, tenían cara de delincuentes. Era una calle despoblada en ese momento,  sólo estaban ellos, un par de personas mas, y yo. Temía que me fueran a asaltar. Cada vez nos acercábamos más, hasta que uno de los individuos se me acerca , saca su puño y me golpea…’

Yo nací en un barrio bastante malo, lleno de delincuencia y drogas , sin embargo, recibí una muy buena educación por parte de mis padres, ellos trataban de alejarme y ocultarme el ambiente en el que vivía, económicamente no andábamos para nada bien, vivíamos en el segundo piso de una casa arrendada, en la cual, en el primer piso vivía el dueño de casa, al que se llamaré »Sr. Barriga», el cual tiene un hijo llamado »Ñoño» (ninguno de los dos se llama de verdad así, cambié los nombres para proteger a los protagonistas).

Solo una vez a la semana mis padres me dejaban salir a la calle, a jugar con Ñoño en una pequeña calle cercana. Teníamos que jugar de día obviamente, en las noches muchas veces había peleas y disparos. Mis primeros 4 años de vida los viví ahí en esa casa, vivimos allí hasta que tuvimos que abandonar la casa debido a un accidente. Resulta que un día no había agua potable y mi abuelo junto con mi papá fueron a revisar las tuberías y por accidente las rompieron. Hubo una inundación enorme, toda la cuadra inundada. Afortunadamente nosotros, como dije, vivíamos en un segundo piso, pero los dueños de la casa no. El señor Barriga y Ñoño sufrieron daños materiales, al igual que muchos vecinos.  Y pasó lo que tenía que pasar, nos echaron de la casa y nos demandaron. Ganamos el juicio ya que las tuberías no estaban en un estado aceptable, y los daños los tuvieron que pagar los dueños,  pero de todas formas tuvimos que abandonar el lugar. Afortunadamente encontramos una casa luego, las condiciones económicas eran las mismas, pero esta vez estábamos en un mejor barrio. Seguía viendo a Ñoño,  él era mi compañero en la escuela, seguíamos siendo amigos , cuando pasó lo de las tuberías éramos muy pequeños como para entender bien el hecho por lo tanto no nos enojamos.

Pasaban los años y la amistad mía con Ñoño cada vez se distanciaba. Ñoño empezó a adquirir unas conductas que no me agradaban, no nos peleábamos, pero el empezó a juntarse con otras personas. Se juntaba con »El Mono» , los dos eran los »matones» del curso, pero al mismo tiempo eran los payasos. Ñoño empezaba a molestarme, no tanto como a otros compañeros, pero igual lo hacía. Cuando teníamos como 10 años, Ñoño reprobó y se tuvo que ir del colegio. Desde ahí hubo 5 años en los que no supe nada de él.

Este año salí de la escuela,  y las vueltas de la vida me hicieron amigo de »El Mono», quien al seguir siendo amigo de Ñoño me contó que el susodicho estaba transformado casi en un delincuente, que iba al estadio a hacer desmanes, que molestaba e insultaba a todos, que peleaba con la policía y que estuvo detenido en un par de ocasiones. Ñoño y Mono iban juntos al estadio, salían como amigos, pero cuando Ñoño empezó a transformarse, Mono se distanció de el.  Me contó que dejaron de ser amigos. Yo le pregunté a mi amigo: »¿Y qué pasó con el Ñoño gracioso?» y Mono me contestó »Desapareció».

Mi último año escolar fue de mucha reflexión, recordé a muchos compañeros de curso que se fueron en el camino por distintas circunstancias, perdí muchos contactos, entre ellos Ñoño, me acordé de muchas cosas, de mis primeros años en la escuela sobre todo, me gradué muy nostálgico.

Ya en vacaciones, en un día como cualquiera, debía visitar a mi dentista. Iba caminando hacia la clínica , estaba un poco atrasado, caminaba en dirección al sur y a lo lejos veo a tres individuos, jóvenes,  llenos de tatuajes, piercings, joyas, peinados »mohicanos» y vestimenta »wachiturra» que caminaban hacia el norte, en algún momento nos íbamos a encontrar y yo estaba algo asustado, tenían cara de delincuentes. Era una calle despoblada en ese momento,  sólo estaban ellos, un par de personas más, y yo. Temía que me fueran a asaltar. Cada vez nos acercábamos más, hasta que uno de los individuos se me acerca, saca su puño y me golpea suavemente en el hombro. Era Ñoño, quien me saludó amistosamente. Hablamos en un periodo corto, pero me sorprendió que me tratara tan bien, incluso hasta con respeto, fue una grata sorpresa. Lucía como delincuente pero me trató como un rey. Nos agregamos en facebook, y ahí veía como insultaba, sus fotos demostraban que lo que me decía Mono es verdad, pero ¿por qué a mi me trató tan bien?

La infancia es una etapa que a uno lo marca, y la amistad es algo muy lindo, ver a una amigo de la infancia transformado así, fue difícil. Me pregunto qué hubiese sido de mi si no hubiésemos roto la tubería, quizás hubiese vivido un buen tiempo ahí y no sería el mismo. Cuando reflexioné esto, me sentí afortunado, agradecido de la educación que recibí , el haber roto una tubería, fue malo en su momento, pero ahora pensándolo bien, creo que fue lo mejor que me podía haber pasado. Igual siento algo de pena por Ñoño, hoy en día nos comunicamos por redes sociales, no hablamos mucho. De los amigos que he tenido en la infancia, he perdido el contacto de muchos, pero últimamente me he encontrado con algunos y están bastante bien afortunadamente. En este juego pasó algo similar, el día en que el juego se limitó para los no miembros, muchos amigos míos se retiraron y no he vuelto a saber sobre ellos, recuerdo los partidos que jugábamos y muchas cosas, me arrepiento de no haberles preguntado en su momento sus redes sociales, algunos ni tenían. Mucha gente buena se fue de acá y les perdí el rastro.

He visto mucho a Ñoño en la calle últimamente pero de lejos, le pregunté a Mono por qué Ñoño pasaba siempre por la calle en donde esta mi casa, a lo que respondió: «Ñoño vive dos casas arriba tuyo.»

Muchos de mis amigos de la infancia han cambiado, pongo el ejemplo de Ñoño por ser el cambio mas desagradable. Muchas veces en la pre-adolescencia me quejaba de mí, no me agradaba a mí mismo ni a mi entorno, me quejaba con mis padres, los encontraba muy sobreprotectores,  pero cuando veo estos cambios de mis amigos , me siento afortunado, muy afortunado de la vida que se me dio…

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